¿Por qué el "scroll horizontal" es tan odiado (pero sigue usándose en apps como TikTok)?
Durante años, el scroll horizontal ha sido el chico malo del diseño web y de aplicaciones. Basta con mencionar "scroll horizontal" en una reunión de UX para que alguien frunza el ceño, recuerde una mala experiencia y, acto seguido, proponga reemplazarlo por un buen scroll vertical.
Pero... si tan odiado es, ¿por qué gigantes como TikTok, Instagram Stories, YouTube Shorts y hasta Netflix insisten en usarlo?
La respuesta está en la psicología del usuario y en cómo nuestra mente procesa la información dependiendo del contexto y la intención.
El instinto vertical: por qué el scroll horizontal nos incomoda
Desde que el mundo digital tomó forma en pantallas, la navegación siempre fue vertical. La lógica del "scroll" se adaptó a la manera en la que leemos textos en papel, listamos datos y consumimos contenido: de arriba a abajo.
El scroll vertical es natural, predecible y requiere poco esfuerzo cognitivo. El usuario sabe que si algo no aparece, solo tiene que deslizar hacia abajo. Simple y sin fricciones.
El scroll horizontal, en cambio, rompe ese flujo.
Psicológicamente, esto genera:
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Desorientación espacial: no hay una dirección intuitiva clara sobre “cuánto falta”.
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Falta de control: no siempre es evidente si hay más contenido oculto o si ya llegaste al final.
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Incomodidad física: en escritorio, requiere usar la barra inferior (poco práctica); en móvil, deslizar lateralmente no siempre es natural, sobre todo si el dedo se topa con los bordes de la pantalla.
Por eso, en entornos donde la exploración es crítica —como en e-commerce o formularios— el scroll horizontal suele ser una pesadilla de usabilidad.
¿Por qué entonces TikTok y las historias lo usan?
Porque el contexto cambia las reglas.
El scroll horizontal, cuando se aplica a experiencias de consumo de contenido unitario y secuencial, es adictivo. TikTok, Instagram Stories y YouTube Shorts no usan scroll lateral porque sea más eficiente, sino porque es más parecido a pasar páginas o cambiar de canal.
Es un gesto que:
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Activa el sistema de recompensa: deslizar hacia un nuevo contenido libera dopamina cuando aparece algo que nos gusta.
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Genera control instantáneo: cada swipe significa "siguiente", sin necesidad de pensar.
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Potencia la exploración pasiva: el usuario no busca algo concreto, solo navega por estímulo visual.
Cuando se trata de galerías de imágenes, historias o contenido multimedia episódico, el scroll horizontal es una solución eficaz porque imita comportamientos físicos que ya conocemos (pasar fotos, cambiar de diapositiva, hojear).
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