Mobile First ha muerto:
¿El fin de las pantallas, el ascenso de la IA y la llegada del "Human First"?
Durante años, diseñar bajo la lógica Mobile First fue la respuesta inteligente a una realidad evidente: el celular era el rey. La pequeña pantalla del teléfono nos enseñó a simplificar, priorizar contenido y pensar en experiencias enfocadas, ligeras y efectivas. Pero el mundo tecnológico se mueve rápido —y ya no solo se trata de pantallas pequeñas o grandes, sino de la desaparición de las pantallas por completo.
Bill Gates, Elon Musk y Mark Zuckerberg coinciden:
el celular ya no es el futuro.
Mientras Zuckerberg apuesta por las gafas de realidad aumentada como la nueva ventana al mundo digital, Gates predice tatuajes inteligentes incrustados en la piel, y Musk va aún más lejos: propone eliminar todo intermediario y conectar directamente el cerebro humano con la nube.
Y justo en el centro de esta transformación, aparece otro actor que cambia por completo el juego: la inteligencia artificial.
Interfaces invisibles: de Mobile First a AI First
El concepto Mobile First nació cuando el usuario interactuaba con dispositivos claramente definidos. Primero diseñábamos para el celular, luego escalábamos para tablets, notebooks y escritorios. Pero la realidad que se avecina ya no tiene lugar para esa jerarquía.
Las interfaces ya no se limitan a dispositivos físicos. En su lugar, las gafas, tatuajes o implantes convierten al ser humano en su propia terminal de acceso, y la inteligencia artificial hace el resto: personaliza, predice, adapta y resuelve.
La IA no solo interpreta datos, ahora diseña experiencias en tiempo real, ajustadas al contexto, a las emociones y a las necesidades momentáneas del usuario. Ya no se trata de dispositivos que “muestran” información, sino de sistemas que entienden y anticipan.
Human First: diseñar para un mundo sin pantallas
El cambio es más profundo que una simple transición de hardware. Estamos ante el final de la pantalla como frontera y del dispositivo como intermediario. La IA, combinada con nuevas interfaces como gafas, tatuajes o implantes, no requiere que diseñemos para resoluciones ni tamaños, sino para percepciones humanas.
La pregunta ya no es "¿cómo se verá esto en un celular?"
La pregunta es: ¿cómo lo percibirá, sentirá y vivirá el usuario en un mundo sin pantallas?
El diseño se vuelve fluido, multisensorial y predictivo. Ya no diseñamos para dispositivos, diseñamos para contextos, emociones y necesidades instantáneas. Ya no hablamos de Mobile First. Ni siquiera de AI First. Lo que se impone es un nuevo paradigma:
Human First.
UX en la era post-celular
Las reglas cambian:
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No se diseña para pantallas, sino para situaciones.
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No se crea para navegadores, sino para cerebros, ojos y piel.
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No se piensa en la jerarquía visual, sino en la relevancia en tiempo real que la IA calcula para cada usuario.
El auge de la inteligencia artificial junto a las predicciones de Gates, Musk y Zuckerberg nos enfrenta a un futuro donde la interfaz es el mundo mismo y nosotros somos el dispositivo. Un escenario que desafía a la disciplina del diseño UX a ir más allá de lo visual, para abrazar lo ambiental, contextual y sensorial.
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